Por cuarta ocasión en su carrera, el cinefotógrafo, quien a los 10 años de edad hizo su primera “película” como responsable de cámara, buscará el premio de la Academia
El cinefotógrafo mexicano Rodrigo Prieto recibió este martes una nominación al Oscar a mejor fotografía por su labor en la cinta «Killers of the Flower Moon«, de Martin Scorsese.
Prieto compite por la estatuilla con Hoyte van Hoytema («Oppenheimer»), Matthew Libatique («Maestro»), Robbie Ryan («Poor Things») y Edward Lachman («El Conde»).
Por cuarta ocasión en su carrera, el cinefotógrafo Rodrigo Prieto, quien a los 10 años de edad hizo su primera “película” como responsable de cámara, buscará el premio de la Academia.
En esa ocasión, junto con su hermano Antonio, filmó la historia “Muñecos del terror” que quedó en el seno familiar. Y como dicen, infancia es destino.
Pero quien es éste “chilango” y egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (escuela que lo rechazó inicialmente) que ahora mismo está en la posprodcción de “Pedro Páramo”, su ópera prima como realizador.
“Mi mamá era artista amateur, le gustaba pintar, y mi papá era ingeniero aeronaútico, quien tenía el hobby de la cámara”, dice sobre su origen cercano.
Pero esa frase es sólo un inicio. En realidad, su familia paterna tiene mucha historia.
Su abuelo fue Jorge Prieto, integrante del ejército zapatista y fundador de la Liga Anticomunista Latinoamericana y del Partido Nacional Cooperativista. También practicó periodismo en EL UNIVERSAL. Y el papá de Rodrigo, Guillermo Prieto, fue gerente del aeropuerto capitalino.
Dení Prieto, su prima, perteneció a la guerrilla setentera y fue asesinada por elementos de seguridad que buscaban frenar todo alzamiento en México. Dení, incluso, fue reconocida en su momento por el Sub Comandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
En su niñez, Rodrigo era fan del cine de terror y ciencia ficción. En el ciclo Permanencia Voluntaria de televisión vio filmes como “El planeta de los simios” y “Furia de titanes”. También King Kong y, aunque sabía que varias cosas eran hechas con miniaturas, para él era magia.
“Siempre me ha gustado la noche, de hecho, es cuando tomo más energía, eso me ha ayudado en el trabajo”, ha dicho.
Ya en la preparatoria, quien ha trabajado con Ang Lee (Secreto en la montaña) y Oliver Stone (Alexander), en lugar de entregar trabajos escolares en papel, hacía videos en Super 8.
“Entonces una maestra me dijo que había una escuela de cine, sobre Conscripto (en la Ciudad de México, que ya cerró) y fui”, recuerda.
Luego, aplicó al CCC, pero no lo aceptaron. Y por cosas de la vida, lo que pudo ser un freno, en realidad le dio indirectamente práctica laboral. “Estuve trabajando en campañas con todo tipo de modelos y aprendí mucho. Después volví al CCC y recuerdo que eran varias etapas, cuando repetí el examen me acuerdo que Juan Carlos Martín (“Gabriel Orozco” y “40 días”) se acercó a ver si me ayudaba en algo y le estaré siempre agradecido”, narra.
Videohomes, varios hechos en 16 mm y que se filmaban en dos semanas, formaron también de esa práctica.
Su primera película industrial fue “Dama de noche” (1993) y tres años después, cuando realizó “Sobrenatural”, ya tenía en mente emigrar a EU. En 1999 fue llamado por Alejandro González Iñárritu para ser el fotógrafo de “Amores perros”. “Ahí me amarré al cofre de un coche para filmar. Es algo que jamás volvería a hacer o pensar”, acepta.
Después ha venido mucho trabajo: colaboró con Ang Lee en “Secreto en la montaña”, que le dio su primera nominación al Oscar; con Oliver Stone en “Alexander” y Pedro Almódovar en “Los abrazos rotos”. Con Martin Scorsese hizo “El lobo de Wall Street”, “Silencio” y “El irlandés”, las dos últimas merecedores de sus dos siguientes nominaciones al premio de la Academia.
Prieto debutó en 2014 como director cuando estrenó el cortometraje “Likeness” (“Apariencia”) protagonizada por Elle Fanning, hermana de la conocida Dakota, en el que trataba a lo largo de ocho minutos lo que se vive en el mundo para ser delgado.
El año pasado, aprovechando todo el conocimiento obtenido al trabajar con directores de primera línea, rodó como director su primer largometraje, Pedro Páramo, basado en la novela del escritor Juan Rulfo.