Para analistas políticos, el mensaje de Biden refleja su urgencia de defender el orden mundial que, durante décadas, ha dirigido Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue dando declaraciones nada sorpresivas de lo que para él significa la guerra. Tras el ataque al hospital de Gaza, dejó claro que piensa que esto, cual partido de fucho, es de “equipos”… ahora, en cadena nacional, señaló que se trata “una inversión”. Así que, por más que les duela el codo a los republicanos, la “ayuda urgente” que ofrecerá a Ucrania e Israel luego dará sus buenas ganancias.
“Es una inversión sensata que arrojará beneficios”, explicó Joe Biden al anunciar ayer, 19 de octubre, que solicitará al Congreso de su país una partida más que especial para ayudar a que Ucrania e Israel le puedan dar batalla a sus respectivos rivales. ¿Y qué clase de beneficios espera Estados Unidos? Ahhh pues, beneficios “a la seguridad estadounidense durante generaciones” (seeee, sólo de ese tipo).
Para Biden, defensa de Ucrania e Israel es la defensa del orden mundial
De acuerdo con El País, la partida que Biden destinaría para apoyar a Ucrania e Israel será de cerca de 100,000 millones de dólares. De esta suma, se espera que 60 vayan para Ucrania, 10 para Israel y lo demás para Taiwán… en una muy directa insinuación de que también hay bronca con China.
“Las decisiones que tomemos hoy decidirán las décadas por venir”, advirtió Biden en su mensaje de más de 15 minutos. Directamente desde la oficina oval de la Casa Blanca, el demócrata explicó que, aunque de diferente forma, Ucrania e Israel están luchando por la defensa de, precisamente, su democracia… y, de ganar la partida, el daño podría extenderse: Rusia seguiría con Polonia y países del Báltico, Hamás iría por el Medio Oriente.
Con lo anterior, Joe Biden dio a entender que, más que echarle la mano a Ucrania e Israel, la ayuda urgente que debe autorizar el Congreso es para evitar la caída del orden mundial, el cual, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, dirige Estados Unidos.
“Su tema real fue Estados Unidos mismo, y percibió amenazas a sus valores fundamentales en un era de política volátil”, señala el analista de CNN, Stephen Collinson. Pues por lo que sea, el presidente de Estados Unidos está a la expectativa de lo que decidan en el Congreso… y se sabe que los republicanos ya no quieren aflojar.