El episodio del partido naranja le deja sin candidato presidencial y con una imagen frívola y desorganizada que menoscaba su empuje electoral
Samuel García ha dado un giro tan grande a la política en estos últimos días que le ha salido de 360 grados. Él se queda en el mismo sitio, efectivamente, pero semejante astracanada abre interrogantes de calado en la campaña electoral y tendrá consecuencias, también para él. Los más creen que la oposición puede frotarse las manos una vez que ha desaparecido, momentáneamente, la única alternativa para quien no gustara de ninguno de los dos grandes bloques, el oficialista y el opositor, y que será Xóchitl Gálvez la mejor posicionada para recoger el desencanto de Movimiento Ciudadano (MC) tras los últimos acontecimientos. Por la misma razón, opinan que el presidente López Obrador y su partido salen perdedores en su estrategia de animar a García para dividir a la oposición, sumando un partido más en liza para las elecciones de junio de 2024. No todo está dicho, sin embargo, porque MC tendrán un nuevo candidato a principios del año que viene, pero hasta entonces la ventaja de los demás puede agrandarse.
Con las orejas gachas, Samuel García vuelve a la gubernatura de Nuevo León y deja a MC sin un presidenciable, justo ahora que el regiomontano estaba avanzando en la simpatía popular, recortando ventajas con el frente opositor, que ahora se llama Fuerza y Corazón por México. ¿Quiénes ganan con ello? “Yo creo que en el corto plazo se beneficia Gálvez porque se queda como alternativa única frente al partido gobernante y esa es una ventaja que puede rentabilizar en los dos meses que quedan hasta que MC nombre un nuevo candidato”, dice el historiador y analista del Colegio de México Humberto Beck. “Creo también que este asunto le complica la victoria a Morena, porque García disputaría sectores más proclives a la oposición. Pero a mi modo de ver, el gran derrotado es Movimiento Ciudadano, que se ha granjeado una imagen de irresponsabilidad, de desorganización y de frivolidad. De algún modo ha destruido esa idea que se tenía del partido como algo ajeno a las taras tradicionales de la política mexicana”.